La casa de los monjes, y de los huéspedes.

La Clausura no representa un espacio del que el monje no puede salir. Al contrario: se trata de un espacio al que el extraño no puede entrar, para que el monje pueda gozar de la paz y tranquilidad tan necesaria para cultivar su serenidad y cumplir su labor.

A esta dependencia tienen acceso: Huésped, Postulante, Novicio, Monje, Abad y Monje fundador