Algunas dudas que los huéspedes nos han expresado
¿A qué orden religiosa pertenece esta Abadía?
Esta Abadía no tiene ninguna confesión oficial, y no impone ni a sus huéspedes ni a sus monjes ningún credo ni afiliación religiosa, aunque su estructura esté conformada de acuerdo a los viejos monasterios benedictinos y cistercienses, y se dejen notar en sus escritos las reglas de Pacomius, de San Benito, y otros autores.
¿Qué fines persigue este lugar?
Este no es un sitio popular, ni cualquier persona puede estar aquí.
A los monjes nos gusta definir la Abadía de Ura como un espacio donde encontrar inspiración para quien quiera llevar una vida más saludable (en el plano físico y mental).
La comunidad comparte sus experiencias vitales, sin dramatismo y con fraternal respeto.
¿Puede ser visitada esta Abadía?
Si tienes interés en conocer en profundidad este lugar, debes solicitar primero al hermano hospedero una habitación en la hospedería. No tendrás ningún tipo de compromiso, y podrás abandonar este lugar si no te resulta interesante.
¿Quién puede estar aquí?
No hay discriminación ni por sexo, creencias, ideología política, etc. Únicamente, estos monjes no se sienten cómodos con personas que atentan por placer o sin necesidad contra la vida en cualquiera de sus formas (personas, animales, plantas).
Cuando en estos escritos encuentres las palabras "hombre" y "monje", por favor, interprétalas sin distinción de género.
¿Qué supone solicitar el ingreso en esta Abadía?
No supone ninguna ruptura con tu vida actual, ni integrarte en ningún tipo de secta. Nuestra ilusión es que la Abadía te sea útil, te inspire en tu vida y las experiencias compartidas por la comunidad te resulten enriquecedoras. Este es un lugar para el encuentro sosegado y respetuoso. Un estímulo para construir una sociedad mejor.
Si solicitas el acceso a la hospedería, las puertas de algunas zonas de nuestro monasterio te serán abiertas. Si te gusta lo que ves, podrás solicitar tu aceptación como postulante, con lo que tendrás acceso a otras zonas, podrás colaborar en su desarrollo y además podrás acudir a los retiros montaraces de la comunidad.
¿De dónde son los paisajes que aparecen en las fotografías?
Todos son parajes que rodean nuestro monasterio. Si quieres conocer más sobre estos lugares, te invitamos a que consultes los paseos y los retiros. Las fotografías han sido tomadas por estos monjes durante estos retiros y paseos.
¿Dónde se puede comprar la música que se escucha en los oficios del coro?
Lo lamentamos, pero esa música no se puede comprar. Ha sido compuesta para esta Abadía, y sólo puede ser escuchada asistiendo a los oficios.
¿Hay que escribir los textos y comentarios con ese lenguaje tan raro, mitad castellano antiguo, mitad latín, mitad castellano moderno?
Oh, no, vuestra merced no tenga cuidado. Escribid así, si os sentís cómodo con esa forma de expresaros, o si os ayuda a hacer una inmersión más profunda en la Abadía. En cualquier caso, el castellano es la lengua oficial de este lugar, así que si lo conocéis, os rogamos que hagáis uso de él.
¿Hay que pagar por estar aquí?
Los huéspedes no pagan dinero. La Abadía acoge a los peregrinos durante 20 días, permitiéndoles acceder a algunos lugares de la clausura. Si pasado este tiempo, el huésped decide solicitar su ingreso como postulante, tendrá acceso a más estancias de la clausura, y deberá que pagar una simbólica cantidad mensual para ayudar en el mantenimiento y desarrollo de este espacio (seamos realistas: las cosas no se suelen hacer solas). Los huéspedes sólo pueden alojarse 20 días al año. Con el paso del tiempo, el postulante será novicio y accederá a nuevas estancias, sin que se incremente el precio. En cualquier momento el postulante, novicio o monje puede abandonar la Abadía.
Los postulantes, noivicios y monjes pueden inscribirse en los retiros montaraces, que son días de encuentro de la comunidad en el entorno de nuestra Abadía. Estos retiros son voluntarios, y se celebran cuatro veces al año. El precio y programa de cada retiro se anuncia con meses de antelación en el tablón de anuncios.
