Turno para Silverio, que grabará los acordeones, trikitixas y la voz.
Mucho trabajo por delante, pero Silverio lo afronta con ánimo y entusiasmo, pese a la cara de sufrimiento…
Empezamos por el llamado acordeón de piano, llamado así para distinguirlo del acordeón de botones (también llamado cromático) y del diatónico. Pulsa aquí si quieres saber lo básico sobre los diferentes tipos, su funcionamiento y sus orígenes.
Silverio utiliza un acordeón Welmeister 30/60 (30 teclas de melodía y 60 botones para los bajos) de teclado reducido. Eso significa que las teclas son más pequeñas de lo normal, lo cual hace que el tamaño y el peso del instrumento sean sensiblemente inferiores (sólo 5′6 Kg).
En un par de jornadas hemos grabado El Pastor (o El Perro del Hortelano o El Prao), La Novia, Morena Mía y El Oso, es decir, cuatro de los temas más emblemáticos de El Espíritu de Lúgubre. Las sesiones de grabación han ido bien, y nos ha dado tiempo para bromear entre toma y toma para relajarnos un poco.
Cuando el músico está dentro de la pecera surgen a menudo y por casualidad fragmentos musicales interesantes que nos llaman la atención; esto es algo que ocurre entre toma y toma y tambien cuando estamos probando sonido. Luego lógicamente nos centramos en el tema a grabar y esto cae en el olvido, pero la verdad es que si se dejara un grabador conectado todo el tiempo, al acabar las sesiones de un disco sin duda tendríamos suficientes ideas para montar otros 20 temas. Pienso que esto ocurre porque en esos momentos el músico que está grabando está a gusto con el sonido y con su instrumento (es una gozada escucharse con buenos micros, un poco de reverb, etc.) y porque además para quitar tensión antes de hacer una toma válida para el CD, todos tendemos a tocar cualquier otra cosa (lo que se nos viene a la cabeza de modo intuitivo), dejando fluir la imaginación y nuestro lado más creativo.
Ayer capturé este pequeño ejemplo de percusión sobre el acordeón que, una vez trabajado, se podría perfectamente acabar convirtiendo en la intro de un tema, o en un motivo para crear un tema rítmico de cara a los conciertos. ¡Quien sabe!
Entre toma y toma a veces tenemos tiempo para relajarnos un poco. Aquí puedes ver a Silverio emulando a Rick Wakeman, uno de sus héroes musicales de juventud. Si Silverio y yo nos habríamos conocido hace 20 años, habríamos tenido una empatía similar a la que tenemos ahora, sólo que en aquellos años habríamos estado todo el día hablando de lo que nos apasionaba a los dos: sintetizadores, síntesis analógica y de algunos músicos a los que admirábamos (no siempre confesables…). Es curioso que muchos años después hayamos coincidido en un proyecto radicalmente distinto a aquello y que ambos apreciemos ahora mucho mas las propiedades de instrumentos tradicionales y acústicos y nos hayamos centrado en las sonoridades de las músicas de raíz.
Además de los temas mencionados antes, ayer nos dio tiempo para grabar el acordeón de Los Condes de Lara, el tema con el que abrimos los conciertos. Este es el único tema en el que Silverio utiliza las dos voces del acordeón. El Weltmeister Rubin permite usar una o dos lengüetas para la melodía. En general preferimos todos el sonido de una sola lengüeta para nuestro Folk Ficticio, pero hacia la mitad de Los Condes de Lara la melodía necesita reforzarse, y es ahí donde la segunda lengüeta viene bien. Dos lengüetas igual a dos problemas. Resulta que una de ellas está desafinada en una nota concreta, lo cual sólo se percibe al apretar el fuelle, no al tirar de él.
Selector de voces del acordeón (aquí en modo simple)
En este fragmento puedes oir la melodía con dos voces, y el efecto desafinado al final. No es sutil precisamente (las risas de Silverio del final merecen la pena).
Ante este problema tenemos dos posibilidades: detener la grabación, mandar el acordeón a arreglar y esperar, o usar el ingenio y los medios técnicos. Optamos por lo segundo, claro.
Como la nota desafinada sólo ocurre al apretar el fuelle, Silverio prueba a tocar la frase tirando del fuelle. Hasta ahí todo bien, pero descubre que una vez agotado el recorrido tiene que empujar, con lo cual el problema aparecerá de nuevo unos segundos después, cuando le toque el turno a esa nota de nuevo. Entonces a mí se me ocurre grabar esa frase usando la técnica del pinchazo en el multipistas, o sea, grabar cuatro compases determinados, para luego parar y grabar los cuatro siguientes, y así sucesivamente. Lo hacemos así, y el resultado es válido, así que nos vamos a casa con la satisfacción de la tarea hecha y de que el ingenio humano se ha impuesto a las limitaciones de la maquina. Un poco exagerada esta frase, lo admito, pero ahí queda.
El sonido del Weltmeister lo capturé con el micro Audio Technica ATM4050 en la melodía y un Oktava MK012 (con cápsula cardiode) en los bajos.
Silverio buscando la inspiración mientras los micros escuchan lo que piensa
Esta semana, por cierto, hemos tenido las primeras nieves de la temporada y un frío de aúpa, pero nada de eso nos detendrá, porque estamos lanzados
Poca nieve pero mucho frío
La foto filtrada de rigor