¡No se puede pedir más!
No se puede pedir más.
¡Bueno, sí! Aún puedo pedir un poco más, ¡que me lo merezco!
A estas alturas de mi vida creo que me siento mejor que nunca. En todos los sentidos.
Hace 3 años y 60 días que tuve una revelación. Revelación porque me quité un velo que me impedía verme a mi mismo con claridad, que me impedía reconocerme mis logros, ver mis talentos (sean los que sean) y mi potencial (pues lo mismo). Me acepté como un hombre que le gusta pensar. Un pensador. Me acepté como una persona que le gusta componer música e interpretarla. Como músico, me acepté. Y me acepté como artista, reconociendo que me resulta más fácil comunicarme a través del arte. De juntar palabras buscando su armonía, de crear imágenes, secuencias, músicas y momentos.
En este camino que he recorrido desde entonces he afinado más mi visión sobre mi mismo. Es la belleza mi meta. Anhelo la belleza. Ella me alimenta y yo me esfuerzo en cultivarla, en quererla y en que me quiera.
Hace 3 años y 60 días creé mi web personal, silberius.com, tratando, sobre todo, de contarme a mí mismo algunas de las cosas que había hecho hasta entonces. Fue un gesto muy poderoso, quizá más en lo metafórico. Pero fue el germen, la semilla, de lo que soy hoy.
Pues hoy, que soy el mismo pero en mi mejor versión, doy otro impulso a aquello que dije entonces, que sigue siendo parte de mi credo:
Vale. Ya sé quién soy y quién quiero ser. Sin estúpidos prejuicios y también sin soberbia ni presunción. Quiero ser honesto y humilde, sin infravalorarme. No quiero ser un pedante. Quiero ser inspirado. Quiero ser inspirador. Serenidad. Quiero seguir avanzando. Quiero que seas feliz. Que seamos felices.
Que no se me olvide.
Y para celebrarlo, impulsarlo y retroalimentarme, nada mejor que estrenar un nuevo sitio web.
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