Detalles
He pasado algunos tiempos alojado en la Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos, conviviendo con sus monjes -algunos de los cuales me dieron valiosas clase sobre gregoriano que no aproveché bien-, componiendo una nueva música con un cierto aire de nuevo gregoriano y base electrónica de sintetizadores. Las letras tienen siempre una doble lectura: desde una óptica religiosa, pero también profana.
Mi idea, en aquel entonces, era publicar un disco con estas piezas, titulado "Música para una Abadía". Sé que lo haré.
Esta pieza "El misterio de la bóveda celeste" quedó inconclusa, ¡y eso no puede ser!